jueves, 11 de junio de 2015

El hombre que vas a ser

"Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada"
 (Timo Cruz en "Coach Carter")

"Madre de, esposa de, imagen ajena, espejo que proyecta mi invisibilidad. Voy gritar ¡MUJER! voy a vivir por mi misma"
 (Letra extraída de la canción "Línea de Fuga" del grupo Hechos contra el decoro)

Hay momentos que se tornan cruciales en tu vida y es algo que no puedes explicar con palabras pero que notas en tu cuerpo. La energía fluye aquellos días en los que notas que el momento llega, que la vida, por extraña que parezca, te ofrece oportunidades que debes saber ver. Esa capacidad de abrirse a lo desconocido con el corazón y la cabeza limpias, con la curiosidad por bandera y sin miedo a lo que pueda venir es lo que te permite avanzar, como hace millones de años permitió a seres humanos vivir en cuevas, buscar asentamientos o descubrir el fuego.

Pero la mayoría de las veces tú mismo te boicoteas tus propias oportunidades. Qué digo, salvo contadas excepciones, siempre eres tú el que pone trabas a tus sueños. Por la sencilla razón de que no crees que puedas alcanzarlos, que tu seguridad se tambalea cuando no eres consciente justamente que tu seguridad consiste en no estar seguro nunca.

Eres la fuerza proteica del Universo, te lo dije una vez, y hoy te lo repito. Eres la luz que alimenta estrellas y no al revés. Eres poderoso, un guerrero que debe alimentar su alma para que pueda expresarse de todas las maneras posibles.

Pero tienes miedo, lógico. Solo aceptando que el miedo solo es un obstáculo que tú mismo te has impuesto, que tu energía debe fluir en todas las direcciones y caminos, llenando de vitalidad todo lo que toca, cuando descubres que la felicidad está en los pasos que recorres mientras buscas la felicidad, entonces es cuando empiezas a vivir.

Tienes miedo a convertirte en lo que puedes ser hasta que, cojones, dejas de tener miedo. Y una silueta aparece en tu cabeza, proyectando el hombre en el que te vas a convertir. La excitación crece, las pulsaciones se agitan, la emoción se desborda. Sabes quien puedes ser y, ahora sí, sabes lo que quieres ser.

El mundo se prepara para un hombre nuevo. Un hombre capaz de ser más completo y más sabio en el camino que le toca andar. Un hombre con una fuerza tal que ni la naturaleza podrá frenarlo.

Lo tienes en ti.
Siempre lo has tenido en tí.
Aliméntalo.
Deja que el guerrero
salga

Bloom-Withno

lunes, 1 de junio de 2015

Una musa en mi cabeza

Uno siempre tiene una musa en la cabeza a la que escribe. Esto lo sabían los griegos, y antes de los griegos los corintios, y antes de los corintios los egipcios y cualquier otro ser que no pueda reprimir las ganas de escribir.

Escribir mientras sangras, apretando los dientes y los puños, pelándote la piel de los nudillos en cada letra que estrujas contra el tejado, hundiendo la falange hasta que todo chirría, pues no hay otra forma de escribir. Escribir a lo crudo, escribir a lo seco. Como un viento cortante, como una navaja de afeitar en el que cada lijazo por el cuello es un tiro al aire.

Pero hay otros días en los que uno no puede ser tan intenso. Admitámoslo, ser "demasiado intenso" borra de un plumazo el concepto de intensidad y eso además satura a cualquiera que se pare por la calle a hablar con uno. No, la gente no quiere gente intensa. A veces, alguna gente no quiere ni gente.

Otros días es mucho más entretenido jugar con el lenguaje, modificarlo, retorcerlo, darle mil vueltas hasta que nuevas palabras flotan, surgen y brillan en todo su esplendor, como cuando un niño pequeño sonríe mientras tiene un juguete en su mano y el sol saluda a su paso. Una tierna manera de recordar el calor de los que están vivos y a los que el futuro pertenece.

En realidad todo es cuestión de colores. Solo tienes que elegir uno. ¿Quieres ser un negro que inunde todo, quizá un rojo tan incandescente que te hiera solo con verlo? ¿Qué eres? ¿Quién quieres ser? Puedes ser todos o ninguno, pero siempre habrá uno que te identifique. Tener un azul bonito que transmita calma allá por donde vayas o un morado que nunca olvida lo puta que es la vida. Quizá un verde que llene de vida todo lo que te rodea, qué se yo. Colores...

No se puede tener siempre pena por todo ni alegría en cada gesto, pero puedes intentarlo. Puedes remover cielo y tierra pensando en qué sucederá mañana y solo lo sabrás a ciencia cierta hasta que lo hagas. Puedes engañar a todos menos a ti mismo. Puedes amar a todos menos a ti mismo también. Simplemente puedes hacerlo. Porque poder hacer es lo que te permite avanzar y ser mejor que ayer.

Amarás a hombres y mujeres y los odiarás también. Te descerrajarán el corazón con un olvido, ignorándote, desapareciendo de tu vida dejando una marca indeleble que dolerá para siempre. Pero también habrá gente que te permtirá creerte inmortal, gente buena que puebla esta tierra y a la que solo tienes que identificar. Nunca lo olvides, nunca.

La pregunta es sencilla: ¿Ahora qué? No sé vosotros, pero la sonrisa nunca abandona mi gesto... Que dure, mientras hayan musas que me guíen...