sábado, 4 de octubre de 2008

Puro Odio

Sacas lo peor de mí. A veces pienso que con una llamada de atencion valdría, que nada más sería necesario. Pero el odio crece, y tu estupidez me acaba agotando. Decido, por un instante, pensar que una hostia a tiempo te hubiera venido bien, pero en seguida recobro la cordura.
Pero los días pasan, y tu estupidez es tal que me incomoda y no deja de alimentar todo el odio que llevo dentro y que se refleja en ti. A veces pienso en matarte de un disparo.
Al rato dejo de pensar. Tu estupidez es tuya, así que a mí no me incumbe. Pero te odio tanto...
Y te veo andar por la calle creyendo algo que no eres. Teniendo algo que no tienes. Pensando cosas que desconoces.
Y me sulfuro y me irritas y decido que por qué debería callar si eres imbecil. Lo único que haría sería poner en aviso a la gente: ¡Cuidado, idiota cerca!
Llego a casa alejando fantasmas, pero algo no funciona. Voy al baño y vomito. No la comida, no la cena. Vomito toda mi vida, desde la primera papilla que comí. Y todo por tu culpa. Por tu culpa, por tu culpa, por tu puta culpa.
Decido resolver la ecuación. No te mereces ni una advertencia ni misericordia, te mereces todo mi odio explotando en tu cara, viendo como gimoteas cual perra en celo por miedo al odio que llevo dentro y que me impulsa a matarte sin tocarte, a hundirte sin remedio, a pensar, que nada bueno, por poco que sea, pudo salir de tu cabeza.
Te parto las manos por las muñecas, las piernas por las rodillas, tu cuerpo es una masa informe de golpes que yo ni siquiera he realizado. Te doblas formando un cuerpo amorfo acorde a tu cerebro. Llamas a las musas. No te engañes, a tu casa nunca vinieron.
Te corto la lengua y no brota sangre, si no pura mierda. Tus ojos eyectan veneno saliendose de sus cuencas.
Por fin se ve tu verdadero rostro, tu prepotencia, tu mirar altivo por encima del hombro, tu afán de ser mejor que el otro. Por fin se ve.
Abro en canal tu boca para que tu falsa sonrisa no dañe mi iris, mi delicado iris que avergonzaste con tu rostro cada vez que te veía. Clavo agujas en tus dedos para que ninguna palabra escrita salga de tan vergonzosas manos.
Llego a casa y voy directo al baño. Miro al espejo y pienso: Un trabajo bien hecho.
Dedicado a todos los que se creen con talento.
Bloom-withno