lunes, 21 de diciembre de 2015

Lascivia

A la que despuntaba el alba la boca tocaba otra boca. Otro mundo, otra época quizá, dos cuerpos alejados del espacio-tiempo que se buscaban y se perdían en una telaraña de brazos y piernas, rebuscándose el alma en cada contacto, suave, áspero, dulce, que hacía remover al otro en cada poro de su piel.
El alba despuntaba, decíamos, y las sábanas eran testigos de un maremoto. La atmósfera, a cada rato viciada, no dejaba dudas a lo sucedido en la habitación. Pequeñas y finas líneas iban y venían en el liviano aire entremezclado con anhelos y suspiros.
El frío que vivía en las esquinas dejaba paso a un centelleante ardor en el centro de la estancia. Un vívido recuerdo de llamas que intentaban buscar las últimas bocanadas de oxígeno.
Una lucha de gigantes hercúleos que pelean a golpe de sable y redes, forcejeando, retorciéndose, evitando ser vencidos, dejándose hacer, forzando el empate, suplicando la derrota y robando en el útlimo minuto la ventaja a su oponente. Marcas de dedos, pieles rosáceas (cuando no rojas), blanco nácar de mármol etéreo.

Unas mejillas sonrosadas. Un retorcimiento de placer, un alma satisfecha. Una mañana fría de invierno donde el café está a punto de hacerse. Un estallido de júbilo en la ducha. Un sentido a que todo cuadre.

Un no olvidar que somos humanos. Recordar que los dioses nos envidian.

Bloom-Withno

lunes, 14 de diciembre de 2015

Peraltes

"No creas que estoy huyendo
si me ves retroceder, espera,
que estoy cogiendo carrera" 

(Letra extraída de la canción "Pedrá" del grupo Extremoduro)

"Dos opciones ahora se presentan: 
te dejas llevar o te frenas. 
Te puedes hundir en la pena o puedes luchar contra ella."

(Letra extraída de la canción "El Mundo sigue girando" de El Chojin) 

Lo que no te mata te hace más fuerte. Bicho malo nunca muere. Cosas de esas... Cosas de esas que tienen razón, pues todo es cuestión de perspectiva.
Seamos perspectivos, por una vez en nuestra vida, intentemos ver cómo fluye ese río que va a dar la mar que es la vida que has vivido. Está bien salirse del camino marcado, pero... ¿te has salido de tu propio camino?
La vida son experiencias y cada experiencia tiene un peralte. Como un skater dibujando la curva para salir más rápido que como entró. Puedes impulsarte. Puede salir más sabio. Puedes proyectarte. Puedes decirle al cielo que el sol no es capaz de dejarte ciego cuando lo miras, que todo en este mundo gira en torno a ti. Puedes ser el verdadero hombre de Vitrubio. Puedes.
Y debes. Debes ser ese hombre o mujer que entiende la velocidad de la vida, aquel que coge el toro por los cuernos, el que sonríe donde los demás notan angustia, el que mira a los ojos a la vida y dice "¿eso es lo mejor que puedes hacer?"

La vida no son sino peraltes, aquellos que coges en la ola de tu vida y deben llevarte a otro lugar con el aprendizaje adquirido. Eso debe ser. Pero a veces...
 Pero a veces no entiendes la velocidad de la vida ni sus señales, demasiado rápido o demasiado lento, una curva que no llega o se pasa, un segundo de duda, un resquicio por donde se cuela lo futil y donde te caes con todo el equipo. Una vida donde no has aprendido nada.
Somos parte de las estrellas. Poder alcanzarlas es cuestión de voluntad. Y de leer señales. Y tú, ¿eso es lo mejor que puedes hacer?

Bloom-Withno

viernes, 11 de diciembre de 2015

Quirúrgico

Como un bisturí que rasga la piel en dos, ejecutando una diagonal perfecta. Como un siete en el pantalón al levantarte de la mesa. Como una carrera en una media nada más estrenarla. Como Leo Messi corriendo hacia portería contraria.

Como algo aséptico, blanco, desinfectado. Como algo donde los sentimientos se quedan en la puerta. Como si todo olor obligara a poner cara extraña. Como si el algodón no engañara.

Como un martini en Saint Tropez. Como un masaje relajante tras una dura jornada de trabajo. Como un baño de sales y burbujas burbujeantes en el baño de un hotel de cinco estrellas. Como el cigarro de después. Como ese agua que bebe el sediento. Como acabar lo planificado tres días antes. Como despertarte y ver en el despertador que quedan cuatro horas para el toque de queda.

Preciso, punzante, afilado, fino, sincero, desafiante. Como un periscopio que emerge de entre las profundidades. Silencio, sibilino,frío, subrepticio, indetectable. Como el amor cuando no es correspondido.

Como un pastoral de luces que brillan sin cesar a cada paso que damos. Como un suspiro frío una noche de Diciembre donde te dejaron o dejaste, donde ganaste o perdiste, donde lloraste o reíste, donde moriste o viviste, donde todo dejó de tener sentido o todo cuadró primera vez.

Tu frialdad y precisión quirúrgica para discernir lo que ha pasado, pasa o pasará, el momento de tu vida donde todo se mira con perspectiva. Donde corres hacia portería contraria, donde haces carreras en las medias, donde dibujas sietes en los pantalones, donde rasgas la piel en dos.

Bloom-Withno

viernes, 4 de diciembre de 2015

Significarte

"Ineluctable modalidad de lo visible: al menos eso si no más, pensado con los ojos "- Stephen Dedalus en el inicio del capítulo 3 del "Ulises" de James Joyce

Significarte, esa palabra que casi nunca nadie emite por su boca. Una palabra que va implícitamente anterior a "políticamente", pues nadie dice significarte cuando alude a otro tipo de cosas, usando vocablos mucho más acertados como "sincerarse" cuando alguien va a decir algo que va a tocar las narices al receptor del mensaje,o "posicionarse", como queriendo decir que estás geopolíticamente en una esfera distinta al resto.
En realidad, lo que signifique significarte es insignificante. Son solo palabras casi obsoletas que demuestran poco o nada, tales como "persignarse", "genuflexión" o "procrastinar". ¿A quién puede importarle tales palabras?
O quizá, significarte implica dos vocablos: significa y arte. A lo mejor significarte significa arte, y el arte es mucho. El arte, decíamos. Pero no de frío. Helarte es otra cosa. Aunque no hay nada como el arte para dejarte helado, aterido, henchido, hinchado, pasmado o boquiabierto cual síndrome de Stendhal viviente. Como un gozo, un goce, un gozne o un gofre caliente. Como Joffrey, como Yogui, como esos personajes que aparecen por tu vida de soslayo, casi sin rozarte.
Soslayo. Solsticio. Lacayo. Armisticio. Y así, la vida entera...
Signifique significarte lo que quiera Dios que signifique, poco importa. Y ya saben que la importancia importa en función de quien lo refuta o lo niega, pues poco más podemos saber de esta vida, quizá perra, en función inconexa de lo que uno quiere o lo que uno
Desea

Bloom-Withno