martes, 15 de septiembre de 2015

El gris Septiembre

"Me has alterado poniéndote a mi lado
Yo que vivía tan feliz en un tejado"

(Letra extraída de la canción "Sol de Invierno" del grupo Extremoduro)

Pues qué quieren que les diga, no sé si alterado o no, pero todo tiene un aspecto de noche, ¿no les parece? Como si Septiembre fuera un mes de eterna nocturnidad a plena luz del día, como si los grises dominaran todo, como si cada lluvia recordara que los adoquines que pisamos son una simple secuencia por la que nunca dejamos de andar.

Intentamos cuadrar todo hasta que todo salta por los aires. Mientras, hacemos cálculos. Esperar, esperar... pensar, repensar... y así, hasta que todo llega. Pero hasta que llega, ¡Lo que hay que pasar!

Ya no hay noches a la luz de las estrellas donde sentirse seguro, decimos adiós a los claros que se abrían y nos permitían soñar. El aire se vuelve plomizo y las sienes nos duelen, como si tuviéramos una incapacidad para ser felices en Septiembre.

Septiembre no es mes de melancolías, como lo es Abril, ni mucho menos de funeral, como es Noviembre. Septiembre simplemente te atropella poniendo las calles donde antes solo había caminos de tierra, te pone zapatos donde los pies andaban lozanos y sueltos, te coloca un traje para que vuelvas a recordar que la hora del recreo se acaba.

Septiembre refunfuña porque no le gusta ser el mes serio, aquel que ponga orden a tu vida. También es alegre y risueño a su modo, pero nadie le entiende. Pobre Septiembre. Le gustaría a veces ser un Agosto de amores fugares y corazones palpitantes, o un Diciembre familiar cubierto de nieve, pero él es un incomprendido necesario para que los grandes momentos de nuestra vida ocurran gracias a su aguante estoico de mes plomizo.

Septiembre me disgusta y agrada a la vez. Anticipa el otoño y trae una alegría muy distorsianada en la que me siento seguro, pero conlleva lloros de las nubes que agudizan mi tristeza.

Pero no desesperes, Septiembre. Nadie te olvida. Por algo será...