martes, 29 de diciembre de 2009

Amore

Te quiero tanto que me duele. Esa frase fue durante unos años, para mí, la cosa más bonita que podía decir a una mujer. Claramente está implícita una satisfaccion personal de ser subyugado de no sé que extraña manera, como si yo y el amor que siento fuera algo parecido a la servidumbre. Años después entendí que esto no era muy sano y que lo mejor que uno (yo en este caso) puede hacer es no ser esclavo de nada ni de nadie. Además, esta declaración masoquista y que (yo en mi retorcida mente pensaba) pudiera agradar a una mujer no era la mejor de las maneras de decir nada. Todo muy expuesto, todo a la vista, todo con demasiado corazón. También más tarde entendí que el corazón no escucha a nadie, cierto, pero que tampoco nos molestamos en preguntarle, más atentos a la belleza, el dinero, el poder.
Nunca entendí del amor y el amor nunca me entendió a mí...

Bloom-Withno

2 comentarios:

toño dijo...

Que cierto y que dificil es darse cuenta de ello o asimilarlo......

Anónimo dijo...

Yo creo que en el amor no hay que entender nada.