sábado, 5 de diciembre de 2009

Ómphalos

Te imaginé mientras con mi mano te acariciaba el pelo, fino, volando al aire entre las puntas de mis dedos, sintiendo como resbalaban y caían hacia el infinito sin ningún remedio. Entonces te miraba a los ojos, tan profundos, como intentando desvelar qué había más allá y así podía pasarme el día entero, observándote, agarrando tu cara con mis manos, tu piel suave que acariciaba con mis labios hasta encontrar tu boca. Entonces uno era feliz, incluso dichoso.
Tu cuerpo y el mío bailaban una música conocida por ambos pero desconocidas para nuestras cabezas. Las interpretaciones aquí no valían. Mi cuerpo (no cabeza) se amoldaba poco a poco a tu cuerpo (no cabeza) entrelazándose rítmicamente, meciendose suavemente el alma y el corazón. Entonces yo sabía a tí y tú sabías a mi y vimos que era bueno.
A la mañana desperté del sueño sudando, exhalando, temiendo que este sueño fuera eso, un sueño. Al girarme violentamente no encontré tu cuerpo, y mi corazón pensó que había sido irreal. Sólo pude esbozar una sonrisa, al menos duró lo suficiente como para disfrutarlo.
En ese momento apareciste entrando por la puerta desnuda frente a mí.
- ¿Qué sucede, has dormido bien?-dijiste.
Entonces te agarré por la cintura y dejé de temer.

Bloom-Withno

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EEEHHHH...

Espero que estés dejando lo mejor de ti en la próxima novela.

Aquí sólo unas gotas, el vaso de agua para el best-seller... no te olvides.

Pd: ¿borro las críticas de películas?

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no leía algo tan bonito.

nowithno productions dijo...

Muchas gracias, hoy hablamos del amor, mañana del desprecio. Todo a la orden del día...

Anónimo dijo...

Jeje, del amor al desprecio... dicen que hay un camino corto. Genial texto igualmente.

toño dijo...

Muy bonito