lunes, 8 de marzo de 2010

Memoria

Tu boca se posó en mis labios por un instante. Años después, no recuerdo nada de aquel suceso. Pude recordar millones de veces tus gritos, tus insultos, tu desprecio hacia mí, pero nunca más fui capaz de pensar en cuando te abrazaba en silencio, cuando te miraba y me buscaba mí mismo. Mi memoria me traicionó y me traiciona.
Dicen que la capacidad del cerebro no es memorizar, si no olvidar, puesto que no podemos recordar todo y debemos seleccionar qué cosas retener.
¿Y por qué recordamos lo que recordamos? ¿Por qué nuestro propio cerebro nos engaña? Definitivamente, no puedes fiarte de nada, ni de tu cerebro siquiera.
Quiero acordarme de todo lo bueno de mi vida, aspirar cada segundo en el que me he sentido bien, y notar el placer recorriéndome las venas. Así quiero recordar.
Quiero recordar y que me recuerdes, y no voy a cejar en mi empeño. Necesito saber que me recordarás.
A veces uno no recuerda hasta que algo o alguien obliga a que recuerdes. Y el recuerdo se engrandece porque el tiempo ha pasado y el recuerdo ha permanecido vigente. Mi destartalada memoria, ajada por el paso del tiempo, no es inmune al recuerdo. Y uno se alegra y da gracias al Dios de cada uno, puesto que toda la niebla y la duda que había en mi mente se ha desvanecido y en su lugar aflora una sonrisa que dice: "Me acuerdo".

Bloom-Withno

2 comentarios:

Unknown dijo...

Dicen que la memoria es selectiva y tiende a recordar más lo bueno que lo malo, lo que nos hizo disfrutar antes de lo que nos hizo sufrir y que a veces todo se reduce a aquel verso de J. Manrique de que "cualquiera tiempo pasado fue mejor"...

LAU dijo...

A veces ni concentrandote aposta en plan eh, quiero recordar esto q va a pasar ahora... se logra acordar uno
Que mala pécora es la memoria