domingo, 2 de agosto de 2009

Los mundos de Coraline

Coraline se muda con su familia a los Apartamentos Rosa. Allí descubrirá a personajes tan variopintos como el señor Bobinsky, Miss April Pink, Wibye Lovat y un extraño gato. Además, descubrirá que su nueva casa tiene puertas que conducen a otros mundos con otra realidad.


Destripando.

Ya en los créditos iniciales se puede observar que Los mundos de Coraline es diferente. Es estremecedora en la animación principal, extraña, oscura, sombría.

Los mundos de Coraline se mueve entre el mundo infantil gracias a su cuento de hadas y en el mundo adulto en su alma. En un ambiente enigmático, Coraline va conociendo a personajes variopintos como son su vecino Mister Bobinsky, que dirige un circo de ratas; las señoras Spink y Forcible, antiguas vedettes-malabaristas y al despistado y hablador Wibye Lobat. Todos ellos dejan entrever un mundo único, extravagante, decaído, pasado.

La soledad impuesta por sus padres a Coraline hace que esta busque aventuras en cualquier rincón de la enorme casa. En un rincón de estos, Coraline encontrará una puerta minúscula que le llevará a conocer otro mundo. Un mundo donde tiene padres alternativos, vecinos alternativos, amigos alternativos. Un mundo donde todo se antoja perfecto gracias a las maquinaciones y ensoñaciones de la otra madre. Una madre que atrapa a los niños desprevenidos con prevendas para luego coserles botones en los ojos. Para atraparlos para siempre en su terrible jaula.

Los mundos de Coraline busca en todo momento la ensoñación de los pequeños y el descuido de los padres. No hay que engañarse, a pesar de ser animación, Coraline busca el color y el negro para mostrarnos lo que es capaz de hacer la animación Stop-Motion. Con un alarde de efectos, texturas, cámaras y colores; Coraline nos muestra que ambos mundos no se separan sólo por una puerta. Que ambos mundos están más cerca de lo que creemos.

Al fin y al cabo, soñar y tener pesadillas se dan en el mismo acto de dormir.

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