viernes, 11 de junio de 2010

Nácar

Tu cabello es de fino nácar. Nácar. Nácar que resbala por tu cuerpo, besando tus esbeltos hombros, aspirando el perfume de tu cuello, rozando como lágrimas en la lluvia tus mejillas cuando el aire, pasajero, decide venir a verte.
Tú y el nácar. Anacarada. Tu pelo intenta penetrar en ti, revoltoso, pero tus labios lo muerden y lo devuelven a su sitio, indeterminado entre la brisa, a merced del viento. El nácar que se enrosca en tus orejas y juguetea con ellas, formando remolinos interminables que acompasan tu risa.
Y luego me miras y me preguntas por qué te miro así. ¿Tengo que explicarlo todo?
Contemplo el baile del viento con tu pelo, su pequeña danza, su juego. Dios Santo, ¿tengo que explicarlo todo?

Al viento...
Bloom-Withno

No hay comentarios: