domingo, 27 de marzo de 2011

Diccionariando

Hombre: Ser humano.
1: Dícese del sujeto masculino simple. Redundancia.
2: Dícese del sujeto masculino con una gran dosis de virilidad. Sinónimo de macho.
Mujer: Ser humana.
1: Dícese del sujeto femenino complejo. Antónimo de hombre.
Vida: Lo que pasa desde que naces hasta que mueres. Antónimo de muerte.
Muerte: Lo que pasa desde que se acaba tu vida hasta que: 1) te reencarnas. 2) tu alma vaga por realidades paralelas. 3) te comen los gusanos. Antónimo de vida.
Amor: Marca registrada por las multinacionales para sacar dinero a costa de los enamorados.
Enamoramiento: Mariposas en el estómago por las cuales PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) se manifiesta día si y día también en busca de su liberación.
Dinero: Cosa que no se puede comer pero sirve para pagar, generalmente deudas.
Deuda: Dícese del impuesto inventado por la sociedad para que los pobres paguen. Las hay de dinero y de sangre, estas últimas más dolorosas.
Banco: Espacio donde trabaja gente y se enriquecen hijos de puta.
Sexo: Simulacro de amor. Los hay de dos maneras: por placer o por dinero.
Placer: Engaño del cuerpo a la mente diciéndole lo que quiere oír. Inflamación de una parte del cerebro llamado pene en el caso masculino.
Pene: Parte dominante del cerebro encargada de mandar sobre el hombre y destinado, generalmente a introducirse en la vagina. Sinónimo de polla, manguera, verga, cola, nabo... Antónimo de mujer.
Vagina: Unidad de control y seguridad de la propia persona. Dirige y controla personalmente todo el cuerpo humano, tanto femenino como masculino. Las hay de dos tipos: Las que quieren a los penes y los que los odian.
Trabajo: Sexo por dinero. Sinónimo de explotación.
Explotación: Acción de explotar. Por ejemplo, una bomba.
Religión: Conglomerado de ideas basadas en la ciencia ficción.
Dios: Bien, gracias.

... Seguiremos informando...

Bloom-Withno

viernes, 18 de marzo de 2011

Aturdimiento

Como cuando el boxeador aprende a caer, cuando besa la lona. Su mandíbula, otrora infalible, ahora es de cristal. Como todo lo que pasa en la vida y no prevees. Como la vida misma.
Como cuando estás en un barco y éste se balancea, y notas tus jugos gástricos subiendo y bajando. Como el olor fuerte, como una gran siesta somnolienta de la que te despiertas súbitamente.
Como cuando te destrozan el corazón, como cuando te abandonan.
Como cuando la gente parte y se marcha, como cuando mueren.
Todo eso que en realidad está pasando pero tú no procesas, como cuando el mundo se mueve y tu no avanzas, como cuando estás solo y no tienes excusa.
Como cuando no ves el bosque y solo ves bruma. Como cuando tu ansia vital estorba. A veces dura días, otros años.
Hasta que...
Desde tu cama, entre tus sábanas
PUM!!!
y todo estalla...
De esas cenizas sale un pequeño ángel alado, más fiero, reinventado, con coraza alrededor, volviendo a comandar sus instintos, sentando las bases de lo que su futuro será. Su vida es suya y de nadie más. Ya no hay bruma, ni siquiera bosque. Sólo las huellas de sus pisadas triunfales...

Bloom-Withno

sábado, 12 de marzo de 2011

Kaleidoscopio

Es difícil sentirse solo. Básicamente, consiste en una cuestión de aceptación: Todo sigue igual que antes, solo que ahora lo aceptas. Miras a tu alrededor y ves a la gente riendo y disfrutando, siendo felices.
Pero aprietas un poco el objetivo y ves el prisma de nuevo. Ella quiere tener reconocimiento social, él nunca sabrá lo que es disfrutar de un libro; ellos se casarán, tendrán hijos, no se soportarán, se divorciarán y se terminarán odiando, germinando en sus hijos un desarraigo a lo afectivo, marchitando su inocencia.
Algunos pegan y matan a sus mujeres, otros ponen bombas, todos siempre acordes a las maneras y costumbres sociales, nada recatadas en algunos casos. Algunas venden su cuerpo para las revistas, otras para tener dinero, la mayoría para un polvo.
Otros se drogan y se evaden, incluso hay algún devoto de la fauna y flora que ama a los ornitorrincos y desprecia al ser humano.
Queréis fiesta, diversión, evasión y entretenimiento y pensáis que eso es vivir el momento. Becerros...
Os sentís desdichados, culpables, ahogados por la presión de vuestro modo de vida y habéis olvidado lo importante: Saborear cada minuto de vuestra inútil y patética existencia. Sois tan idiotas que no sabéis de qué hablo. Ni en cien vidas encontraréis el fuego que arde por dentro y te consume, que te obliga a dejarte el alma en cada situación, exponiéndote al fracaso y a la derrota y superándolo mediante la abnegación.
Habéis querido dejar de sufrir y estáis dejando de sentir. Lo queréis más placentero. Joderos, pues no hay placer.
Sois una masa aborregada deforme y abigarrada que sólo quiere pasar por su existencia sin ningún hecho remarcable. Seguramente os parieron por el culo.
Sí, es difícil sentirse solo. Pero más difícil es no sentir.

Bloom-Withno

martes, 1 de marzo de 2011

Lluvia ácida

I

Él tenía los pies apoyados en la ventana. Su espalda se apoyaba en el respaldo de la silla que balanceaba poco a poco mientras daba caladas al cigarro. Fuera una lluvia fina, lenta y permanente, de color verde viscoso y olor acre lo inundaba todo. Las sirenas danzaban y una nube de polvo y contaminación presidían la noche. Pronto llegaría la pasma. Siempre llega. Siguió fumando.
Ella se envolvía con las sábanas, llenas de carmín, sangre y semen a partes iguales. Se levantó y se dirigió hacia él. Intentó abrazarle.
- ¿Todavía sigues aquí?- dijo él antes de que ella pudiera siquiera tocarle. Ella se echó hacia atrás instintivamente.
- Eh... no... me voy ya. Su voz trémula temblaba. Él ni se inmutaba.
- Mejor, ya estás tardando -soltó al tiempo de exhalar una larga calada.
Ella giró y fue a recoger sus cosas. Su cabeza le daba vueltas a algo. ¿Tendría valor?
- Mick, sabes... sabes que te amo, ¿verdad?- dijo en un suspiro.
- Muñeca -dijo Mick ajustando su gorro tejano- todas decís lo mismo. Esbozó una sonrisa que ella no pudo ver.
Se hizo el silencio.
- Ahora vete -dijo él.

II

Mientras, en la habitación de al lado...

Él recorría su cuerpo con la mirada, como antes había hecho con la lengua, y jugaba con su pelo. Rememoraba como hace unos instantes ella se retorcía de placer ante él, como eran de felices. Ahora ella se estaba vistiendo.
Ella le quería, eso había demostrado. Pero...
Pero sus ojos. Sus ojos.
Él miraba sus ojos cuando ella hablaba. Su cuerpo desnudo, lindo y suave, le engañaba. Por eso él miraba sus ojos.
- ¿Qué estás mirando? -dijo ella entre graciosa e inquisitiva.
- Mataría por ti -dijo él sin pensar.
Ella lo miró fijamente. Él se asustó.
- Eres preciosa -continuó diciendo. Ella hizo una mueca de agradecimiento.
En ese momento vio algo, un pequeño e imperceptible brillo en sus ojos, algo que le provocó escalofríos y heló su sangre. Sabía que el hechizo se había roto.
- Voy a ducharme -dijo. Sabía perfectamente lo que se encontraría al volver. Una habitación completamente vacía.

III

Ella se secaba las lágrimas con el dorso de la mano. El rimel hacía tiempo que se había corrido y su cara era una mezcla de mejillas pálidas y ojos hinchados. Continuó andando por el pasillo. ¿Por qué ella tenía que sufrir? ¿Por qué siempre ella? Decidió volver a la habitación y hablar con Mick. Al girarse vio a una mujer preciosa, un ángel que llevaba una sonrisa triunfadora, sabedora de ser única y de no encontrar a otro igual mas que a su propio reflejo.
Al cruzarse, ella agachó la cabeza. Ahora comprendía. Decidio continuar su viaje y salir del hotel.

IV

Al salir de la ducha fue a la ventana. Miró el horizonte, cubierto de una niebla espesa. Las pequeñas gotas que caían tropezaban con el muro y resbalaban quemándolo todo, como si quisiesen perforar la superficie. Ella se había ido. ¿Qué le quedaba ahora? ¿qué tenía él de malo?
Miró a su derecha. De la ventana de al lado salía una nube de humo. Alguien fumaba.

Bloom-Withno