domingo, 14 de marzo de 2010

Resignación

Seguramente la mejor opción es resignarse. La resignación es algo primitivo que lleva el hombre dentro y que lucha contra sus ganas de explorar y conocer. Job lo entendió muy rápido: Dios estaba explorando con él lo hijo de puta que se puede llegar a ser. Así que Job se resignó. ¿Qué mas podía hacer?
Abandonarse, además, es tan fácil. Sólo tienes que dejar de luchar, respirar hondo y sumergirte en esa ola de dolor que ya no duele tanto, y despedirte con una sonrisa tierna y la mirada clavada en el fondo, vacía, sin atisbo de buscar nada.
Pero volvamos a Job. ¿Qué se preguntaría cada día? ¿Con qué ánimo pasaría su existencia? ¿Es la abnegación prima hermana de la obstinación y la estupidez? Pobre Job. Pobre pobre Job.
En algún momento Job pensaria que su vida está siendo una mierda y haría algo. Matar a Dios es algo tan complicado que supongo que no se lo plantearía. Quizás se drogara, para evitar pensar en sus problemas y evadirse.
¿Qué hacer cuando no se puede hacer nada más? La respuesta, más abajo.
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¡¡¡Aquí aquí!!!! La respuesta es la perspectiva. Sólo hay que tomar un poco de distancia con las cosas y aprender a vivir relativizando lo trivial. Pocas cosas merecen la pena como para estar triste...

Desde la tristeza más profunda de mi alma

Bloom-Withno

1 comentario:

LAU dijo...

Cuántos suicidios crees q habrá evitao temporalmente la resignación?.

Estoy leyendo tu blogggggggg!!!!
y diciendo gilipolleces
:O