lunes, 12 de diciembre de 2011

Escarcha

El cielo, estridente muchas veces cuando profetiza lluvia, es ahora un desierto de nubes que atraen al frío. Poco más se puede esperar en estaciones así, donde todo petrifica y el aire corta todo lo que toca. Donde la mayoría de los días son insignificantes.
Y es en ese tipo de días en los que una rosa de un rojo brillante late frente a la adversidad y destroza lo establecido. Como escarcha que se rompe al entrar en contacto con el calor, todo retoma su ciclo de nuevo. No se puede vivir eternamente en la espera, hibernando para despertar un día. El día es ahora y mañana y todos los momentos que vas a vivir y que no puedes perderte puesto que no tienes tiempo que perder y sí mucho que hacer aunque tú, a día de hoy, no creas que es así. Como cuando nadie apostaba por esa rosa. A veces ocurren milagros.

Bloom-Withno

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